Niños y riesgo de asfixia: 4 consejos para prevenir
Cortar la comida en trozos pequeños y vigilar a los niños mientras comen son dos pautas esenciales para evitar el riesgo de asfixia en niños.
Cuando los niños comienzan a comer alimentos sólidos, es decir, pasan de la lactancia a masticar todo tipo de alimentos, es importante que los padres estén siempre atentos de modo que puedan entre otras cosas, evitar que se ahoguen, se atragante o se asfixien. Veamos entonces 4 consejos para prevenir el riesgo de asfixia en niños.
Evidentemente, los niños pequeños deben ser siempre vigilados cuando comen, y además, se debe evitar darles la comida en trozos que sean demasiado grandes, pero además podemos guiarnos con otras pautas que minimicen el riesgo de asfixia.
Niños y riesgo de asfixia: 4 consejos para prevenir
La asfixia por atragantamiento es la tercera causa de muerte no natural en España por delante los accidentes de tráfico. Según datos de 2017 recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 2.336 personas perdieron la vida por asfixia mientras comían y aunque la mayoría de casos (2.112) correspondieron a personas mayores de 65 años, también los niños están en riesgo.
Veamos ahora cuatro consejos que resultan clave para minimizar el riesgo de asfixia en los niños:
- Los niños deben ser siempre vigilados al comer: En especial cuando son pequeños, debemos asegurarnos que mastican bien la comida y acostumbrarlos a que se la traguen cuando ya apenas les quede nada por masticar.
- Corta los alimentos en trozos pequeños: Es esencial evitar, al menos hasta la edad de 5 años, comer alimentos que son demasiado grandes (generalmente trozos de carne), no desmenuzados adecuadamente (diámetro promedio que no exceda los 5 milímetros en el más pequeño y 1 cm en el más grande) , en particular cuando sea lisos, redondos (las uvas) o cilíndricos (piezas de salchichas). Y, en cualquier caso, evita que se metan en la boca alimentos con huesos pequeños (huesos de pollo), dulces (especialmente si son blandos), goma de mascar, juguetes o piezas de juguetes, monedas o pilas de botón.
- Reconoce las señales de obstrucción de las vías respiratorias: Los padres y los miembros de la familia deben reconocer de inmediato los signos de obstrucción grave de las vías respiratorias y el consiguiente paro cardíaco: si el niño no llora (cuando es muy pequeño), no emite sonidos (no habla, no tose), de repente cambia de color (el color de la cara y los labios se vuelven cianóticos, es decir, morados, grises), pierden rápidamente el conocimiento y dejan de respirar.
- Llama al 112: En estos casos, llamar al 112 se convierte en una prioridad máxima que puede salvar vidas. El 112 debe ser lo primero que hagamos ya que no solo garantiza el envío inmediato de un vehículo y un equipo de rescate a la escena, sino también porque quienes atienden el centro operativo organizan y guían la desesperada respuesta emocional de los padres y es posible que tengan que dictar en tiempo real las maniobras de salvamento que se llevarán a cabo antes de la llegada del vehículo de rescate enviado. El teléfono de la persona que llama debe ponerse en modo manos libres y debe permanecer en contacto con los operadores del 112 durante el tiempo que transcurra antes de que llegue la ayuda.
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